29/04/2022.- El 1 de mayo, Día del Trabajo, no es solo una fecha en el calendario.
En esta fecha se rinde homenaje a los Mártires de Chicago que lucharon y murieron para que se establecieran mejores condiciones laborales y la jornada de las ocho horas de trabajo. Cinco de los sindicalistas fueron condenados y ejecutados en la horca por su participación en una huelga que se inició el 1 de mayo de 1886.
Más de un siglo de reivindicaciones, y no pocos logros conseguidos, esta fecha ha perdido todo su significado para algunos sindicatos, más preocupados por “reivindicar desde sus despachos” que “reivindicar desde la calle”. Con prepotencia y un absoluto ocultismo en las negociaciones.
Condicionando sus reivindicaciones a que el Gobierno de turno sea de su color, o no. Asumiendo una representatividad que el conjunto de la sociedad española no les ha otorgado, permitiendo al Gobierno justificar la modificación de leyes fundamentales, como la Ley que reforma las pensiones, a través del tan manido diálogo social, obviando la representatividad de los partidos políticos obtenida en las urnas, representada en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional.
Con una inflación disparada, unos precios de la electricidad nunca vistos, un déficit desbocado y un paro juvenil de los más altos de Europa, los sindicatos mal llamados más representativos (no alcanzan el 18% a nivel nacional) están ausentes. ¿Dónde se han quedado las movilizaciones crecientes que anunciaban en el pasado? ¿Dónde está la reforma integra de la reforma laboral de 2012?, ¿Dónde está la transparencia y la luz y taquígrafos en las negociaciones? Y tantas otras reivindicaciones que cuando el Gobierno era de otro color se exigían, proponiendo incluso una huelga general. ¿No hay motivos suficientes para convocar una huelga general en España en estos momentos? Nosotros creemos que más que nunca.
Desde Confederación de Cuadros y Profesionales (CCP) queremos poner en valor en este día el trabajo de todos aquellos delegados sindicales que defienden los derechos de los trabajadores en las empresas y las administraciones públicas, asumiendo un alto coste personal y laboral.
Una vez que se está empezando a controlar los efectos del COVID-19 en la sociedad y se avanza hacia la normalidad perdida hace dos años, desde CCP reivindicamos:
Avances en las condiciones laborales que permitan una adecuada conciliación personal, familiar y laboral. Los avances tecnológicos permiten implantar modelos laborales duales en los que el teletrabajo gane cada vez más presencia y tenga una contribución positiva en la vida de las personas, sin que se menoscabe la igualdad de acceso a nuevas oportunidades laborales y formativas.
La necesidad de adoptar medidas para erradicar la violencia de género, fomentando que en los planes de igualdad de las empresas se incluya en los protocolos de acoso la figura del ciberacoso sexual, y que se contemplen medidas y recursos especialmente destinados a empleadas víctimas de violencia de género, tales como apoyo psicológico las 24 horas del día.
La plena igualdad de género. Son necesarias acciones encaminadas a combatir toda clase de discriminación y a garantizar la diversidad y la igualdad plena y real entre hombres y mujeres.
Apoyo a todos los trabajadores que se hayan visto afectados por el COVID-19, como los perjudicados por COVID de larga duración. Asimismo, diversos estudios han acreditado que la pandemia ha provocado problemas en la salud mental de trabajadores. Reclamamos a las Administraciones y los servicios de prevención de riesgos laborales que se haga una labor preventiva y de apoyo a personas que puedan haberse visto afectadas, ofreciendo programas de apoyo.
Una apuesta clara por la negociación colectiva y un marco laboral que incentive la contratación de mujeres, jóvenes y parados de larga duración.
Un salario justo, con un crecimiento que compense la pérdida del poder adquisitivo de los últimos años.
Así como unas pensiones garantizadas, dignas y sostenibles en el futuro.