30/4/2015.- Parece ilusorio celebrar en España el Día Internacional del Trabajo cuando, precisamente, carecemos de él o, al menos, en la cantidad y la calidad en que nos gustaría. Pero sin duda este Primero de Mayo es una oportunidad más para seguir demandado mayor empleo pero no a cualquier precio.
La crisis ha permitido en su nombre la creación de un mercado de trabajo precario y protegido por una reforma laboral que, a todas luces, es necesario revisar y cambiar en muchos de sus aspectos. Desde Confederación de Cuadros y Profesionales (CCP) creemos que “economía y empleo” deben ir de la mano, a la misma velocidad, para realmente empezar a hablar de una verdadera recuperación, de lo contrario la aclamada mejoría es una auténtica falacia.
Un trabajo que dignifique al ser humano en pleno siglo XXI debe reunir unos mínimos que bajo ningún concepto se deben violar, y uno de estos mínimos es el salario. Invertir en los salarios es invertir en la sociedad, es activar el consumo, es incrementar el PIB, es permitir que las personas trabajen y a cambio puedan vivir dignamente y puedan estudiar y desarrollase como ciudadanos plenamente capacitados y cualificados para desempeñar empleos dentro de un modelo productivo de alto valor añadido.
Las condiciones de los trabajadores y la calidad del empleo han empeorado y si no ponemos freno y cambiamos esta realidad nos puede llevar a una sociedad cada vez más empobrecida. Desde CCP reivindicamos que los incipientes beneficios empresariales se traduzcan también en mejoras salariales para los trabajadores.
Una vez más CCP subraya la necesidad de hacer una apuesta firme por el trabajo de alta calidad y cualificación, basado en I+D que favorezca el necesario valor añadido de nuestro tejido industrial para crear una sociedad fuerte y más competitiva que permita, a su vez, un mercado laboral acorde a este desarrollo.